OPINIÓN – Martín Andrade | Cómo visibilizamos la cultura y el patrimonio de Coyhaique

Si le consultásemos a cualquier foráneo, ¿qué es lo primero que piensa cuando le preguntan por Coyhaique?, tal vez diría “turismo”, “Patagonia”, “Carretera Austral” o “destino para salir a recorrer la maravillosa naturaleza de la región”. Hicimos ese mismo ejercicio, pero con los coyhaiquinos. Los mayores sueños expresados por quienes participaron fueron tener una ciudad limpia, ordenada, sustentable, verde y amigable. Pocos comentaron como prioritario la cultura, el arte o el patrimonio construido.

En agosto del año pasado iniciamos una Mesa de planificación urbana denominada “Coyhaique: la ciudad que queremos”, que es impulsada por Corporación Ciudades gracias al apoyo de la CChC local y la Municipalidad de la capital de Aysén. Uno de los diagnósticos a los que hemos llegado en este espacio, es que Coyhaique es una ciudad donde la cultura está aún invisibilizada. En este proceso de análisis y diálogo que se produce en una instancia en que participan distintas entidades públicas y privadas, con una activa presencia de ONGs, hemos concluido que esto ocurre a pesar de la riqueza dada por el origen de los asentamientos de este vasto territorio.

Coyhaique está arraigada en la historia de pioneros que, condicionados por el clima y el aislamiento, crearon un patrimonio único, marcado por costumbres, tradiciones, comidas y una cultura propia que se deben preservar y promover, más allá del esfuerzo que en este sentido realiza el gran Museo Regional con que cuenta esta ciudad.

A través de redes sociales, en mayo de este año preguntamos a los coyhaiquinos qué iniciativas sugerían fueran priorizadas para cuidar y difundir la cultura, el arte y el patrimonio de su ciudad. En una consulta en donde participaron más de 2.000 personas en que podían escoger hasta tres opciones prioritarias por temática, casi un 55% contestó que se inclinaban por el diseño de un sistema de rutas patrimoniales, naturales y culturales, que conectara hitos dentro de la ciudad a través de una accesibilidad universal, con transporte y señalética garantizados. Muy valorada también fueron las propuestas de levantar un mercado gastronómico y la definición de una zona de conservación histórica e interés turístico, ordenando fachadas, perfiles y veredas con identidad local. Es decir, dos de las tres principales alternativas entregadas por los propios habitantes de la ciudad, tienen que ver con mejorar las condiciones para recorrerla conectando puntos de interés.

Estas visiones de la ciudad nos empujan hacia el cuidado y difusión de su patrimonio paisajístico y cultural, desafío que debe ser tomado por la planificación urbana para diseñar y promover los proyectos que, mirando hacia su centenario y sus próximos 30 años, ayuden a impregnar esta identidad a la capital de Aysén. ¿Qué identidad? Pues la de ser una ciudad cultural y turística, que pone en valor tanto lo patagón como aquellos aspectos patrimoniales -naturales y construidos- que son propios de Coyhaique.

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