Valle Simpson constituye Mesa Agroclimática Participativa para enfrentar el cambio climático desde la agricultura local

Agricultores y servicios públicos articulan un espacio que combina conocimiento buscando mejorar la resiliencia y la toma de decisiones frente a la crisis climática que afecta a la producción.

Con el objetivo de generar un espacio ciudadano donde se combine el conocimiento local con la información científica, se conformó oficialmente en Valle Simpson la primera Mesa Agroclimática Participativa (MAP) de la zona. La iniciativa, impulsada por la Seremi de Agricultura, sus servicios y actores locales, busca que campesinos y campesinas aprendan a gestionar información agroclimática para adaptar sus prácticas y mitigar los impactos de un clima cambiante, fenómeno que ellos identifican como una realidad urgente y cotidiana.

La agricultura campesina es una de las actividades más expuestas a los efectos del cambio climático. Fenómenos como lluvias impredecibles, granizadas fuera de temporada y temperaturas extremas ya son parte de la realidad diaria en los campos. Frente a esta crisis, la conformación de la Mesa Agroclimática Participativa (MAP) en Valle Simpson marca un hito: es la creación de un espacio colaborativo donde los propios productores, junto a servicios técnicos, serán protagonistas en la búsqueda de soluciones adaptadas a su territorio.

El seremi de Agricultura, Eugenio Ruiz, explicó que el objetivo central de la MAP es «la generación de un espacio ciudadano y participativo que rescate la información desde su origen y la combine con información científica y tecnológica». A través de este proceso, los participantes no solo recibirán datos, sino que adquirirán «habilidades y conocimientos que les permitan comprender información agroclimática y generar un proceso de toma de decisiones» fundamentadas para sus predios.

La conformación de esta mesa contó con la participación de Vania Concha de la Unidad de Gestión de Riesgos Agrícolas, UGRA, y Angelina Espinoza de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias, Odepa, instituciones que forman parte de la Subsecretaría de Agricultura a nivel Central.

Acción colectiva contra el cambio climático

Los testimonios de los participantes reflejan una conciencia aguda del problema y grandes expectativas en el trabajo conjunto.

Para Carmen Fierro, del sector Santa Elena, la formación de este grupo es fundamental. «Valle Simpson fue designado como un lugar donde se va a hacer este grupo que va a ir en ayuda de todos nosotros», señaló, reconociendo que el cambio climático «nos ha afectado mucho, a nivel mundial, y hay que convivir con ello, aprender a vivir con este nuevo sistema de vida». Para ella, la clave está en la investigación, «lo más importante es estar informados».

Patricia González, productora de frutales menores, enfatizó sobre el impacto directo en la agricultura. «Nosotros los agricultores somos los más afectados y día a día notamos la diferencia», afirmó, subrayando la necesidad de «abordar la resiliencia porque el cambio ha llegado para quedarse». Destacó la importancia del trabajo intersectorial, “la articulación entre los distintos servicios es importante porque nosotros solos como agricultores es difícil que podamos hacer una mitigación. Es urgente, es ahora, prepararnos, coordinarnos para poder enfrentar este cambio que viene a pasos agigantados».

Elsa Abarzúa, presidenta del Club de Adultos Mayores de Valle Simpson, y productora de hierbas medicinales, entre otros, llegó a la reunión con esperanza. «Vine con la ilusión que podamos hacer algo respecto al recalentamiento que estamos viviendo como país, como mundo», expresó. Como testigo de la variabilidad extrema, describe que se dan cuenta de los cambios, “en el día a día podemos tener mucha temperatura y al rato está granizando. El cambio climático vino para quedarse y tenemos que tratar de buscar soluciones entre todos». Para ella, el solo inicio de la mesa «ya es un paso grande».

Agricultura resiliente y colaborativa

Se espera que esta MAP permita a sus integrantes aprender a utilizar información agrometeorológica, compartir prácticas sostenibles y programar acciones anticipadas a eventos climáticos extremos, tanto a nivel individual como colectivo. La meta final es que la información técnica local obtenida, combinando las realidades personales de los productores con las condiciones del entorno, pueda ser difundida a otros productores de características similares, escalando el conocimiento y la capacidad de adaptación en todo el territorio.

La mesa de Valle Simpson se levanta como un modelo piloto de gobernanza local frente a la crisis climática, donde el conocimiento y la ciencia dialogan para construir, desde la base, una agricultura más informada, preparada y resiliente.