CIEP presentó mapeo y base de datos sobre ocurrencia de eventos extremos en Aysén

El trabajo propone a los tomadores de decisiones considerar esta información en los planes y programas regionales sugiriendo además levantar data sobre las percepciones y evolución del comportamiento ante estos eventos.

Un taller que dio cuenta de estrategias de monitoreo científico participativo y zonificación de eventos extremos en el contexto de cambio climático en Aysén, fue compartido por especialistas del Departamento de Turismo Sustentable del Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia, CIEP, en el auditorio de la Mutual de Seguridad en Coyhaique.

El autor, el Dr. Fabien Bourlon y la geóloga Alexandra Salazar, presentaron los resultados que contempló estructurar una base de datos con el registro de publicaciones científicas sobre la Región de Aysén realizadas entre 1990 y 2022, a partir de un proyecto PATSER, financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) y a través de una iniciativa FIC del Gobierno Regional de Aysén.

Se contabilizaron 377 eventos extremos, de tipo hidrológico (49%), biológico (33%) y geofísico (18%) entre los cuales, destacan los GLOF (inundación o vaciamiento repentina de un lago), deslizamientos de origen sísmico, y floraciones de algas marinas, como los más estudiados.

A la cita de divulgación científica asistieron representantes del MOP, SubPesca, CONAF y SENAPRED, entre otros, oportunidad en que la asistente de investigación y geóloga del CIEP, Alexandra Salazar, explicó los detalles del estudio.

“Se trata de una información con la cual podemos identificar de manera preliminar sectores del territorio que han sido más afectados, según estos estudios científicos, y poder analizar cómo se pueden aplicar estos resultados en la planificación territorial y en la toma de decisiones”, puntualizó.

Para lo anterior se contó con la participación de investigadores del CIEP, como el geógrafo Andrés Adiego, la Dra. (c) Lenna Ortiz, la investigadora Manuela López y la Dra. Bárbara Jacob, quienes compartieron diferentes estudios del centro sobre los riesgos naturales asociados al uso público en áreas protegidas, estudios climatológicos y posibles soluciones frente al cambio climático.

En ese sentido “esperamos que esta actividad haya sido un puente para la colaboración entre instituciones públicas y privadas para así poder avanzar en mejorar las estrategias de prevención y estar mejor preparados frente a este tipo de situaciones extremas que puedan afectar a la región”, explicó la investigadora Alexandra Salazar, quien advirtió que se debe trabajar en otras perspectivas futuras como consolidar la base de datos, evaluar riegos y estudiar percepciones de la comunidad frente a los mismos.

APLICACIÓN SOBRE EL CAMBIO CLIMÁTICO

El Consejero Regional Julio Rossel, quien asistió en representación de la Delegación Provincial de Aysén, valoró el trabajo científico con aplicación en el cambio climático.

“Quisiera destacar que con estas acciones nos permite poner en valor la observación científica en función de todos estos cuestionamientos que involucran los fenómenos naturales, que implican riesgos y que alteran el funcionamiento de las acciones humanas y económicas; a su vez las acciones humanas que generan la alteración en los ecosistemas, pudiendo así estudiarla o proponer y fiscalizar acciones que nos permitan disminuir el impacto negativo”.

Agregó, asimismo que “pudimos ver interesantes propuestas de innovación que nos entregan una valiosa información predictiva”.

Desde CONAF, su director regional en Aysén, Ronald Valenzuela, relevó el trabajo como muy aportativo y en la línea de integrar a los distintos actores de la institucionalidad, la academia y la población en general.

“Un estudio como éste, supone un gran avance y un insumo sumamente importante para lo que es la planificación territorial en cuanto a anticiparse en todos los efectos del cambio climático, en lo que se refiere a la resiliencia y la forma de afrontarlos, lógicamente, todas las que son espacializados y se identifican aquellos sectores más sensibles o susceptibles de ser afectados por situaciones como ésta”.

Valenzuela recordó que los efectos del cambio climático se han ido acentuando progresivamente a través del tiempo, y por ello es que “particularmente en CONAF nos llama de manera más cercana, el trabajo que se presentó hacia un sistema de análisis rápido de riesgos naturales para la gestión del uso público en áreas silvestres protegidas de la Región de Aysén, que involucró a los parques nacionales (…) Es un insumo sumamente importante y permite desarrollar planes de manejo de las áreas protegidas mucho más sólidos y más robustos. Sobre todo, a través de que es la metodología de estándares abiertos que está implementando la Corporación Nacional Forestal desde hace algún tiempo, es la confección de estos instrumentos de gestión ambiental, los planes de manejo de cada unidad, que es un factor muy importante a la hora de definir las zonificaciones de estas áreas protegidas”.