«Es una cosa que nos deja relajados, nos deja bien y como adultos mayores que tenemos que tener nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestras manos ocupadas, ¡pucha que nos hace bien!». Así expresa su motivación Luz Huelet, quien a sus 64 años espera cada martes para asistir a los talleres artísticos que dicta la Red de Artistas Visuales, Rava Aysén, tras adjudicarse recursos para desarrollar el proyecto con el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes, Fondart 2024 del Ministerio de las Culturas.

Conexión y Bienestar a través del Arte se llama la idea que desarrollaron exitosamente primero con niños, niñas y adolescentes en situación de discapacidad. En esta segunda etapa, Rava se abocó a la tarea de capacitarse y adquirir herramientas para trabajar con adultos mayores de las agrupaciones Baquedano de Coyhaique y Trapananda de Puerto Aysén.

Un total de 15 mujeres y hombres mayores de 60 años se sumaron a la experiencia y, según sus testimonios, las clases de arte que reciben del artista visual cisnense, Fredy Jofré y de la fotógrafa Paola Zapata cada semana en las alturas de la ciudad de Coyhaique, han ido en directo beneficio de su salud mental.

José Vivallo, que colaboró en la organización del grupo, reflexiona: «A estas alturas de la vida, estamos en un periodo complicado para las personas mayores, especialmente en la salud mental. Estos talleres, estos espacios artísticos, vienen justamente a cubrir esa necesidad que uno tiene de relajarse, de sentirse bien con uno mismo. Es un tiempo para uno. Y para poder ir también a estas alturas de nuestra vida descubriendo nuevas habilidades que tenemos. Entonces es un proceso lento, pero también hermoso para nosotros porque como hemos visto también en otras personas que lo han logrado, entonces es también un propósito que nos hemos fijado».

El Seremi de Cultura Aysén, Felipe Quiroz, expresó que «iniciativas como esta iluminan sectores de la sociedad que muchas veces quedan desplazados. Ven el tiempo algunas veces como un enemigo que corren en contra, sin embargo, con este tipo de experiencias sienten que se revitalizan y ese tiempo lo ganan aprendiendo nuevas técnicas y formas de expresión. Estamos muy contentos de la recepción que ha tenido este proyecto Fondart que se involucra directamente con la diversidad de la sociedad».

Paola Zapata, fotógrafa de Rava Aysén, cuenta que «ha sido una experiencia supernovedosa y muy enriquecedora. Hemos tenido que tomar clases de inducción, conocer a las personas, salir de nuestra zona de confort, que es la idea, y además, hacerse parte de la comunidad y sumar a las diversidades, hacerlas partícipes y llevar el arte a las comunidades y no hacerlo tan elitista ni tan exclusivo. Estamos bien contentos y satisfechos de haber planteado este proyecto y de haberlo ganado porque nos da un aprendizaje para todos nosotros, de poder conocer personas distintas y tomar el arte desde otra mirada, desde otro punto de vista».

Además del aprendizaje, las y los participantes destacan sentirse acompañados, compartir historias y reflexionar juntos mientras crean sus obras. Silvia Riquelme ve este espacio como una oportunidad de sanar: «Yo tengo una pena tremenda y esto me ha ayudado mucho a sacar un poco mi depresión y mi pena. Por eso encuentro que este taller ayuda mucho en la parte espiritual. Dibujando y pintando pongo todo mis sentimientos ahí, entonces me relajo haciéndolo. No me doy cuenta, por ejemplo, ahora hice un arcoíris y me siento feliz de haberlo hecho porque expresé todo lo que siento».

Como pensamiento al cierre, Paola cree que «el arte es salud mental, es parte de la salud mental. Cualquier estado en el que te encuentres lo puedes canalizar a través del arte y siempre va a ser positivo; escuchar música, bailar, dibujar, son muestras de que realmente el arte es muy beneficioso para los niños, adultos, el arte no tiene edad tampoco. Es muy beneficioso para todo aquel que lo quiera era practicar».