Puntos de Cultura despliega trabajo comunitario en Aysén
En cinco comunas de la Región de Aysen ya están instalados los Puntos de Cultura Comunitaria que trabajarán en los Planes de Fortalecimiento en sus respectivos territorios.
El programa Puntos de Cultura Comunitaria del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio persigue fortalecer a las organizaciones de base comunitaria a través del reconocimiento y apoyo al desarrollo de prácticas socioculturales y artísticas.
En la Región de Aysén, el programa está financiando al Colectivo de Madereros de Tortel, a la Organización Cultural Comunitaria de Bahía Murta, a Atelakoya Tribal de Coyhaique, a la Agrupación Artesanos y Productores de Chile Chico y a la Agrupación Urdimbre Cultural de la misma localidad, además de la Agrupación Cultural Arte y Mate de Puerto Cisnes.
Los Madereros de Tortel ya están instalados entre las pasarelas de la remota localidad aysenina con sus herramientas y maderas, mostrándole a la comunidad como se construye un proyecto de embarcación, cómo se trabaja la madera y cómo el trabajo colectivo permite sostener la identidad del territorio en un oficio tan necesario como patrimonial.
Francisca Ramírez, integrante del Colectivo de Madereros de Tortel, destaca el carácter comunitario de la iniciativa: “Como colectivo, nosotros definimos que uno de nuestros principales objetivos es demostrar que la madera es un material superversátil, que en Tortel habitualmente está asociado a la leña o a la madera tipo tablón. Entonces, la idea ha sido demostrar que la madera tiene múltiples opciones y es mucho más versátil de lo que uno habitualmente cree. Y dentro de eso nos pareció que para este primer año del Plan de Fortalecimiento de Puntos de Cultura Comunitaria era importante revisar las tradiciones madereras más importantes como la carpintería de ribera en una perspectiva un poco más contemporánea. Sacar el taller hacia la pasarela, literalmente, y que todos participen en el proceso, vean cómo se construye y vayan siendo parte de la rutina de quienes transitan por las pasarelas ha sido una forma superefectiva de demostrar que todos sabemos. Porque la gente pasa a conversar, cuenta historias sobre navegación”.
Francisca espera que ocurra algo similar con la segunda parte del proyecto de Puntos de Cultura en Tortel, que abordará la tejuelería a partir de junio.
Para el seremi de Culturas Aysén, Felipe Quiroz, los Puntos de Cultura Comunitaria son “una oportunidad que brinda el Ministerio de las Culturas a organizaciones de base comunitaria que están avanzando en su desarrollo y requieren recursos para una etapa de mayor consolidación en sus planes. Nuestro equipo está acompañando a los siete proyectos que se están desarrollando en la región para coordinar las acciones que permitan que las comunidades se enriquezcan en el transcurso de estas experiencias. Estuvimos en Murta, por ejemplo, conociendo un proceso de reconstrucción histórica que están haciendo vecinas y vecinos a través del poder de la palabra, del testimonio, del recuerdo. Estas reuniones han sido un éxito y han servido para recuperar voces que son protagonistas en la historia de los pueblos”.
Rocío Miranda es parte del equipo del Punto de Cultura Comunitaria en Bahía Murta y cree que “si bien hay un trabajo detrás con pequeños agentes culturales que han hecho esfuerzos superimportantes en la consolidación de este Punto de Cultura, generando que nos reunamos en base a objetivos. Creo que cuando uno le da una estructura un poco mayor, con una distribución y objetivos y estrategias para lograr darle una constancia y una valoración por parte de la gente del territorio y de la comunidad en general, es mejor. Estamos desarrollando mateadas culturales que en total van a ser cinco y la convocatoria ha sido bastante buena. Hemos hecho un trabajo uno a uno, con entrega de invitaciones directamente en sus casas, que es una de las formas en que ellas han retribuido para poder participar en este espacio”.
Una de las participantes es Gabriela Enatarriaga, quien dice que se ha dado un diálogo excelente: “Yo soy nacida y criada aquí. Nací el año 38 y soy nativa. Todo esto me sirve para recordar y verme con los otros vecinos, esto ha sido un placer”.
María Velásquez, vecina de Murta, piensa que es fantástico porque, “por ejemplo, yo llegué en el año 91 y escuchar la historia que hay de la señora Clotilde que tiene una memoria enorme y recordar a tantos pobladores que nosotros no conocimos, lo encuentro espectacular. Hay que valorar a las personas que llegaron primero a estos lugares y que gracias a ellos se forjó este lugar”.
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