Una fiscalización a 24 centros de cultivo de salmones de las regiones de Los Lagos, Aysén y Magallanes inició la Dirección del Trabajo (DT) para mejorar la seguridad de buzos/as que prestan servicios a las empresas del sector.
Las fiscalizaciones se extenderán durante diciembre y parte de enero, como es el caso de la región de Aysén, y abarcarán a ocho centros de cultivo por cada una de las tres regiones ya mencionadas.
Su propósito es mejorar la seguridad de buzos/as puesto que desde el año 2021 han ocurrido 31 accidentes graves, 6 de ellos fatales. El más reciente ocurrió en agosto último en un centro de engorda de salmones a 106 kilómetros de Punta Arenas y costó la vida de una buza que laboraba para una contratista. El deceso de la joven trabajadora refleja una realidad en este sector que decidió a la DT a fiscalizar tanto a las firmas contratistas y subcontratistas -generalmente las empleadoras de buzos/as- como a las empresas principales por su responsabilidad legal sobre las primeras.
El inicio de este programa inspectivo tuvo lugar hace unos días en un centro de cultivo ubicado en el sector de Teupa, Chiloé.
Hasta allí llegó un equipo de la Inspección del Trabajo de la capital regional, encabezado por el director nacional del Trabajo, Pablo Zenteno, junto al subsecretario del Trabajo, Giorgio Boccardo, quienes viajaron desde Santiago para dar el vamos a las fiscalizaciones.
La fiscalización abarcó el pontón mismo y el área de balsas jaulas, incluyendo tanto a la empresa principal como a sus contratistas.
Pablo Zenteno explicó que «dado los objetivos niveles de alto riesgo que afectan a los buzos y buzas decidimos repetir un programa inspectivo realizado a fines del año pasado para verificar el cumplimiento de las normas laborales y de seguridad y salud en el trabajo en las empresas que laboran en los centros de cultivo de las regiones del sur y cerciorarnos de que las empresas están adoptando las medidas de protección y control correctas para hacer totalmente seguras las labores de los buzos y buzas profesionales».
En el contexto de las condiciones de inseguridad que aún rodean al buceo salmonicultor, Zenteno recordó que desde julio de 2018 es obligatorio que las empresas comuniquen a la DT y a las Seremis de Salud los accidentes ocurridos por condiciones hiperbáricas, es decir, la anormal cantidad de oxígeno en la sangre que trastorna el normal funcionamiento del organismo.
También subrayó la preocupación permanente de la DT sobre el buceo profesional, no solo en la salmonicultura. En agosto pasado, por ejemplo, la Directemar de la Armada capacitó a 23 fiscalizadores y fiscalizadoras de inspecciones de ciudades puerto para que sepan interpretar las «tablas de buceo», que relacionan la profundidad, el tiempo de inmersión y la descompresión en la subida hacia la superficie. Los y las fiscalizadores también profundizaron conocimientos en la fisiología del buceo, las enfermedades profesionales y las leyes físicas incidentes en las inmersiones.
Zenteno recordó, asimismo, que la DT participa de dos mesas de trabajo sobre la actividad. La primera, instalada en septiembre pasado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), recopilará información de las empresas y los sindicatos de buzos para realizar en 2023 diálogos sociales tripartitos en las tres regiones del sur que desemboquen en acuerdos que mejoren la seguridad del buceo. La segunda, específicamente con el Sindicato Nacional de Buzos/as, persigue el mismo afán de reducir los riesgos.
Respecto a este último punto, el subsecretario del Trabajo, Giorgio Boccardo, señaló que «tal como lo comprometimos con la ministra del Trabajo y Previsión Social, Jeannette Jara, tras atender la preocupación de las y los buzos, estamos impulsando y coordinando una mesa de trabajo de carácter tripartita, que desde el Gobierno convoque e integre a trabajadores/as y empleadores, también a diferentes agentes políticos, para resolver problemas relativos a asuntos de salud, de seguridad y normativas laborales».
De acuerdo con el subsecretario, «como Ministerio y Gobierno, nuestro foco está en avanzar en trabajo decente. Por lo que resulta primordial que cumplamos una agenda que hemos concordado para que la actividad de las y los buzos sean reconocidas e incorporadas en el Código del Trabajo, asimismo fortalecer la prevención y fiscalización para proteger el desempeño laboral y no lamentar más accidentes».
Fiscalización en Aysén
En la Región de Aysén las fiscalizaciones a empresas salmoneras se han estado realizando durante el mes de diciembre.
Al respecto, el Seremi de Trabajo y Previsión Social, Rodrigo Díaz, explicó que «el objetivo de este programa inspectivo es verificar las condiciones de seguridad de buzos que prestan servicio en la salmonicultura con el propósito de que se tomen medidas específicas para resguardar su salud. Durante el mes de diciembre se han realizado fiscalizaciones, chequeando 40 materias de las cuales 9 corresponden específicamente a aspectos de seguridad, específicamente, en centro de cultivos. Para nosotros es una prioridad mejorar las condiciones laborales de los buzos de la zona».
Materias que serán fiscalizadas
El programa inspectivo chequeará un total de 40 materias, 9 de las cuales corresponden a aspectos de seguridad en los centros de cultivo y 31 a situaciones específicas que inciden en la inmersión de los buzos/as.
Así lo detalló el director regional(s) de la Dirección del Trabajo, Christian Aros, «El programa de fiscalización que se encuentra aplicando nuestro servicio, en los centros de cultivos y en labores de buceo contempla 40 materias, 9 de las cuales corresponden a aspectos de seguridad de los centros de cultivos y 31 a situaciones específicas, que inciden en la inmersión de los buzos. Específicamente, en materia de buzos, estamos revisando si se encuentran o no con la matrícula vigente de la Autoridad Marítima, si se encuentran bajo vigilancia médica, si los equipos de buceo tienen certificación vigente, los elementos de protección personal están adecuados a los riesgos, etc.».
De este modo, por ejemplo, entre las primeras figuran si el jefe del centro de cultivo tiene aprobado el curso básico de seguridad para su cargo en ese tipo de instalaciones y si las superficies de trabajo en balsas jaulas o plataformas flotantes son anticaídas.
Entre las segundas, si los buzos/as cuentan con matrícula vigente de la autoridad marítima y se encuentran bajo vigilancia médica, si los equipos de buceo tienen certificación vigente y si los elementos de protección personal están adecuados a ellos y también si las empresas han identificado los riesgos del buceo en condiciones hiperbáricas.
Resultados de fiscalizaciones anteriores
A fines de 2021 se fiscalizaron 20 centros de cultivo entre Los Lagos y Magallanes con 291 fiscalizaciones específicas y 24 sanciones.
Las principales infracciones constatadas fueron que el trabajador o trabajadora no tomaba las medidas necesarias para proteger su seguridad, las empresas no otorgaban los descansos compensatorios por trabajar en domingos o festivos y distribuían las jornadas de los buzos(as) en más de seis días y menos de cinco días a la semana.
También entre los años 2020 y septiembre último las direcciones del trabajo de las tres regiones australes ejecutaron 17 programas inspectivos con 253 fiscalizaciones y la aplicación de 275 sanciones. Aparte de las infracciones mencionadas en el párrafo anterior, en estas fiscalizaciones también se sancionó a las empresas por no suprimir los factores de peligro, no cumplir con disposiciones legales de descanso y no llevar correctamente los registros de asistencia, lo que impide saber fehacientemente los horarios de trabajo que cumplían los buzos/as.
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